Hoy he sustituido en una clase de primero. Como estamos trabajando con el
ajedrez en quinto de primaria, se me ocurrió presentar mis muñecos a los niños
y niñas de ese curso (que tienen 6 años). El resultado fue de lo más sabroso:
Al entrar en
el aula, vi, con sorpresa, un libro que se había caído de la estantería de la
Biblioteca de Aula y pensé que se trataba de una señal (Caballeros y castillos,
editorial SM)…
Les empecé a
mostrar imágenes del libro (dos caballeros que se peleaban en unas juntas) y
les presenté mis caballos (blancos y negros, los buenos y los malos, decían). Después
vimos un castillo y yo les mostré las torres. Luego pasamos página y vimos una
chica guapísima (es la reina, me dijeron, y también les enseñé mi muñequito);
luego salía un señor muy apuesto (el novio de la reina, o sea, el rey) y les
enseñé mi rey, con una cruz encima de la corona. Los soldados con espadas eran
muchos en el libro y yo les presenté a los peones de mi caja. Los alfiles se
convirtieron en arqueros y eran los soldados que disparaban a distancia… Así,
poco a poco, fueron conociendo el nombre de las piezas.
Sobre la
mesa de la profesora fuimos colocando las piezas para descubrir cómo los reyes
quedaban protegidos por los peones colocados delante; los arqueros, a los
lados; luego los caballos, y las torres, en las esquinas.
Más adelante
les expliqué el valor de cada pieza (1 chuche, el peón; 3 chuches el caballo y
el arquero; 5 la torre, y 9 la reina, aprovechamos que era el cumple de Elia y
que había repartido chuches entre los compañeros). Luego jugamos a juntar
chuches:
¿Cuánto
chuches vale un peón? ¿Y dos peones? ¿Y tres Peones?
¿Cuánto vale
un caballo? ¿Cuánto vale un arquero?
¿Cuánto vale
un caballo y un arquero juntos?
¿Cuánto
valen una torre? ¿Y dos torres?
Para
terminar hicimos el dibujo de una torre en la pizarra y ellos lo imitaron en
una hoja. Aquí podéis ver los resultados...
1 comentario:
Resultas todo un ejemplo de inspiración.
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