viernes, 20 de marzo de 2015

VOLVER


Estos son los chicos y chicas del curso 2004-05. Estábamos en La Pedriza... Hace unos días, María Clara y Alejandra, han venido a visitarnos, como explicaba en el artículo anterior. Ahora es Clara, la periodista, la que cuenta su vuelta al cole después de 10 años.

Hace diez años terminé sexto de primaria en el República de Ecuador, lo veo lejano e increíble, porque todavía tengo muchos recuerdos de esta etapa. Hoy, casi despidiéndome de la universidad, quiero contar cómo fue mi visita al cole hace unos días.

Alejandra, la amiga que más tiempo me ha durado, dice que en el colegio se metían conmigo porque casualmente quería ser periodista, y en aquel momento, la actual reina de España, también periodista, acababa de anunciar su compromiso con el por entonces príncipe de Asturias. Nosotras estábamos en primaria y nos parecía que pasaban tantas cosas en esos años... La más importante sin duda es que íbamos creciendo, adquiríamos una mejor visión de las cosas y si no es exactamente madurando, a los diez años ya sentíamos algunas responsabilidades, sobre todo al saber que en un par de años como máximo estaríamos en el instituto a pesar de seguir con nuestros juegos de niños, las pulseras, los recortes de revistas, jugar a regentar un restaurante entre tantas otras cosas...

En esos dos últimos cursos tan definitivos tuvimos a un guía, Valentín, que supo inculcar en nuestra promoción valores como el amor a la naturaleza y además nos hizo interesarnos por el mundo en el que vivimos. Otra de las experiencias más importantes es que nos trataba como adultos, en la clase teníamos un pequeño ecosistema de organización en el que cada compañero tenía una tarea y todos nos esforzábamos por dar lo mejor de cada uno. Quienes tenían mano con los animales, se encargaban de ellos, y es que yo por lo menos me sentía muy especial por estar en un aula con mascotas: el ratón zape, los bichos palo, el canario...

Más cosas especiales: los viernes en la última hora de clase jugábamos al ajedrez, hace diez años, sin que ninguna Comisión de Educación del Congreso de los Diputados decidiera que esta disciplina iba a ser lo que nos ilumnaría para que España se situara en una mejor posición en el Informe Pisa.

En contra de lo que opina José Ignacio Wert, actual ministro de Educación, en el colegio se fomentaba la educación plástica y además de las manualidades típicas de nuestra edad, todavía recuerdo como recreamos 'Mujer, pájaro y estrella' de Miró y tras el 11M, cada alumno escogió una escena del 'Guernica' de Picasso para pintarla a su manera.

Estas memorias, que vuelven de cuando en cuando, te hacen recordar que parte de lo que eres hoy es fruto de lo adquirido hace ya unos cuantos años. Cuando hace algunos días volví a visitar "el cole" tuve muchas sensaciones: por un lado, sentirme mayor, sobre todo al ver los arbustos sobre los que nos escondíamos en nuestros juegos: ¡ahora me parecían enanitos!

Lo mismo me pasaba con el patio. Se me hacía eterno recorrerlo -era una vaga en Educación Física- y cuando lo volví a pisar el otro día me di cuenta de por qué nos pillaban en todas nuestras trastadas, es posible verlo todo. Me acuerdo aun de cómo conocí a Valentín, un curso antes de que fuera mi tutor. Le di un balonazo mientras apurábamos una partida de béisbol con balón, así nos las gastábamos en el República de Ecuador.

Hace unos días Alejandra y yo volvimos, visitamos a Valetín y saludamos a otros cuantos profesores, que todavía nos recordaban como las niñas que éramos y el encuentro con nuestro “profe” fue como quedar con un amigo o un familiar lejano que aunque no ves mucho, le tienes cariño.
Entré en la clase y todo parecía intacto, ahí seguían las plantas, los bichos palo (en mi visita de este año aprendí que se regeneran) y otro hamster...Los compañeros y el profe me quisieron tender una trampa diciéndome que era el mismo de mi época.

Estuve en dos horas de clase en las que todos tenían ganas de participar y sobre todo curiosidad, uno de los mejores rasgos de la infancia y que todos debemos luchar por mantener. Lo más interesante para mí fue hacer el recuento de nacionalidades. Podemos decir que ahora está en el cole una segunda generación de inmigrantes. Cuando llegué, en el año 2000 como muchos de mis compañeros, veníamos con nuestras familias y habíamos nacido en países como Colombia, Ecuador, Perú, Cuba, Marruecos, Bolivia y nos íbamos adaptando a la cultura española.

Hoy, casi todos los alumnos de esta clase son nacidos en España, pero con mezcla: madre española y padre colombiano, padres dominicanos, chinos, pakistaníes, ecuatorianos...Una diversidad espléndida que nutre el tejido educacional, ya que se comparten las costumbres de cada país y se convive con pocos prejuicios.

Me llenó de energía estar en una escuela pública, sabiendo que estos años han sido tan difíciles, pero a pesar de eso, ha habido un grupo de personas y profesionales que ha luchado por mantener la cabeza firme y ha seguido promoviendo valores como la amistad, la generosidad, el crecimiento como individuos en una sociedad... ¡Gracias!


María Clara Montoya 

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