Estos son los chicos y chicas del curso 2004-05. Estábamos en La Pedriza... Hace unos días, María Clara y Alejandra, han venido a visitarnos, como explicaba en el artículo anterior. Ahora es Clara, la periodista, la que cuenta su vuelta al cole después de 10 años.
Hace diez años terminé sexto de primaria en el República
de Ecuador, lo veo lejano e increíble, porque todavía tengo muchos recuerdos de
esta etapa. Hoy, casi despidiéndome de la universidad, quiero contar cómo fue
mi visita al cole hace unos días.
Alejandra, la amiga que más tiempo me ha durado, dice que
en el colegio se metían conmigo porque casualmente quería ser periodista, y en
aquel momento, la actual reina de España, también periodista, acababa de
anunciar su compromiso con el por entonces príncipe de Asturias. Nosotras
estábamos en primaria y nos parecía que pasaban tantas cosas en esos años... La
más importante sin duda es que íbamos creciendo, adquiríamos una mejor visión
de las cosas y si no es exactamente madurando, a los diez años ya sentíamos
algunas responsabilidades, sobre todo al saber que en un par de años como
máximo estaríamos en el instituto a pesar de seguir con nuestros juegos de
niños, las pulseras, los recortes de revistas, jugar a regentar un restaurante
entre tantas otras cosas...
En esos dos últimos cursos tan
definitivos tuvimos a un guía, Valentín, que supo inculcar en nuestra promoción
valores como el amor a la naturaleza y además nos hizo interesarnos por el
mundo en el que vivimos. Otra de las experiencias más importantes es que nos
trataba como adultos, en la clase teníamos un pequeño ecosistema de
organización en el que cada compañero tenía una tarea y todos nos esforzábamos
por dar lo mejor de cada uno. Quienes tenían mano con los animales, se
encargaban de ellos, y es que yo por lo menos me sentía muy especial por estar
en un aula con mascotas: el ratón zape, los bichos palo, el canario...
Más cosas especiales: los
viernes en la última hora de clase jugábamos al ajedrez, hace diez años, sin
que ninguna Comisión de Educación del Congreso de los Diputados decidiera que
esta disciplina iba a ser lo que nos ilumnaría para que España se situara en
una mejor posición en el Informe Pisa.
En contra de lo que opina José
Ignacio Wert, actual ministro de Educación, en el colegio se fomentaba la
educación plástica y además de las manualidades típicas de nuestra edad,
todavía recuerdo como recreamos 'Mujer, pájaro y estrella' de Miró y tras el
11M, cada alumno escogió una escena del 'Guernica' de Picasso para pintarla a
su manera.
Estas memorias, que vuelven de
cuando en cuando, te hacen recordar que parte de lo que eres hoy es fruto de lo
adquirido hace ya unos cuantos años. Cuando hace algunos días volví a visitar
"el cole" tuve muchas sensaciones: por un lado, sentirme mayor, sobre
todo al ver los arbustos sobre los que nos escondíamos en nuestros juegos:
¡ahora me parecían enanitos!
Lo mismo me pasaba con el
patio. Se me hacía eterno recorrerlo -era una vaga en Educación Física- y
cuando lo volví a pisar el otro día me di cuenta de por qué nos pillaban en
todas nuestras trastadas, es posible verlo todo. Me acuerdo aun de cómo conocí
a Valentín, un curso antes de que fuera mi tutor. Le di un balonazo mientras
apurábamos una partida de béisbol con balón, así nos las gastábamos en el
República de Ecuador.
Hace unos días Alejandra y yo
volvimos, visitamos a Valetín y saludamos a otros cuantos profesores, que
todavía nos recordaban como las niñas que éramos y el encuentro con nuestro
“profe” fue como quedar con un amigo o un familiar lejano que aunque no ves
mucho, le tienes cariño.
Entré en la clase y todo
parecía intacto, ahí seguían las plantas, los bichos palo (en mi visita de este
año aprendí que se regeneran) y otro hamster...Los compañeros y el profe me
quisieron tender una trampa diciéndome que era el mismo de mi época.
Estuve en dos horas de clase
en las que todos tenían ganas de participar y sobre todo curiosidad, uno de los
mejores rasgos de la infancia y que todos debemos luchar por mantener. Lo más
interesante para mí fue hacer el recuento de nacionalidades. Podemos decir que
ahora está en el cole una segunda generación de inmigrantes. Cuando llegué, en
el año 2000 como muchos de mis compañeros, veníamos con nuestras familias y
habíamos nacido en países como Colombia, Ecuador, Perú, Cuba, Marruecos,
Bolivia y nos íbamos adaptando a la cultura española.
Hoy, casi todos los alumnos de
esta clase son nacidos en España, pero con mezcla: madre española y padre
colombiano, padres dominicanos, chinos, pakistaníes, ecuatorianos...Una
diversidad espléndida que nutre el tejido educacional, ya que se comparten las
costumbres de cada país y se convive con pocos prejuicios.
Me llenó de energía estar en
una escuela pública, sabiendo que estos años han sido tan difíciles, pero a
pesar de eso, ha habido un grupo de personas y profesionales que ha luchado por
mantener la cabeza firme y ha seguido promoviendo valores como la amistad, la
generosidad, el crecimiento como individuos en una sociedad... ¡Gracias!
María Clara Montoya
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