martes, 27 de octubre de 2015

CHAPLIN


Santiago Roncagliolo nos contaba en este gracioso artículo cómo enseñó a montar en bici a su hijo. Ahora es Álex de la Iglesia el que nos relata los problemas que tiene para introducir a sus hijas en el mundo de la cultura, del cine, del teatro, de la lectura, etc. caminando, muchas veces, contracorriente. Dice así:


El otro día, como muchos días, elegimos, mis hijas y yo una película para ver en la tele. Momento durísimo para el amante del cine y educador a tiempo parcial: ¿pongo la última de Barbie? ¿Vemos la segunda parte de Crepúsculo, que es lo que quieren ellas, o me lanzo hacia los clásicos, para que no se me atonten demasiado? ¡Qué maravilla recuperar las columnas de la cultura cinematográfica universal, disfrutándolas de nuevo a través de su inocente mirada!

-Papá, pon lo que te dé la gana, pero que no sea en blanco y negro.

Drama. Rechazadas, de un solo plumazo, las mayores creaciones de la historia del cine. Las películas que fundamentaron mi vida, mis pensamientos más profundos, echadas por tierra en un segundo, porque son raras, oscuras, en blanco y negro. Pero, atención: si se las obliga es peor, porque terminarán odiándolas: hay que andarse con cuidado con estas cosas. Ante todo, calma, no se puede presionar con la belleza. Debe ser encontrada en el camino como un tesoro escondido, y solo así, como algo fortuito, entrará a formar parte de nuestras almas.

Probé con El maquinista de la General, de Keaton. Estupefacción. Silencio. Incomprensión.

-¿Por qué no habla?

-Es que es muda.

-¿No tiene colores, y encima es muda?

Tensión. En 10 minutos todo el mundo dormido. Fracaso estrepitoso. El educador a tiempo parcial, despedido, ninguneado. Se necesitaba una nueva estrategia. Retirada prudencial hacia Los Goonies, E.T. o High School Musical. Ya habría tiempo de investigar esa zona del pasado que para ellas resulta, cuando menos, prehistórico. Sin embargo, Chaplin… Quizá funcione. No me he lanzado todavía, porque me da miedo. No les podía arruinar a Chaplin, es demasiado importante. No solo cinematográficamente, me refiero a nivel emocional: estamos hablando del corazón del siglo XX. Pero, ¿cómo introducir en sus cabecitas este tremendo artista, si ni siquiera los supuestos adultos lo tienen presente?...


El artículo completo se publicó en EPS del domingo 18 de octubre de 2015 y se puede leer aquí (con algún vídeo estupendo de Chaplin). (La fotografía se publicó en EP el 10 de agosto de 2015 y es un fotograma de La quimera del oro).

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