domingo, 29 de abril de 2012

TIENE QUE LLOVER A CÁNTAROS


Tú y yo, muchacha, estamos hechos de nubes
pero ¿quién nos ata?
Dame la mano y vamos a sentarnos
bajo cualquier estatua
que es tiempo de vivir y de soñar y de creer
que tiene que llover
a cántaros. 


Estamos amasados con libertad, muchacha,
pero ¿quién nos ata?
Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio
preparada tu marcha.
Hay que doler de la vida hasta creer
que tiene que llover
a cántaros. 

Ellos seguirán dormidos
en sus cuentas corrientes de seguridad.
Planearán vender la vida y la muerte y la paz.
¿Le pongo diez metros, en cómodos plazos, de felicidad?
Pero tú y yo sabemos que hay señales que anuncian
que la siesta se acaba
y que una lluvia fuerte sin bioenzimas, claro,
limpiará nuestra casa.
Hay que doler de la vida hasta creer
que tiene que llover
a cántaros.

 
En estos días de lluvia y de crisis, donde se conmemora esta canción de Pablo Guerrero, no estaría de más rememorar el espíritu de entonces y los deseos de cambio y de un mundo mejor.

Este artículo de Diego A. Manrique nos lo recuerda (EP, del 6 de abril). También podéis ver un vídeo con una actuación de entonces. La foto es de Gorka Lejarcegi.


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