Esta iglesia de Frómista constituye una lección de románico que no se aprende en los libros. Aquí aparecen condensados los principios básicos de la arquitectura y escultura de este arte medieval.
Ha sido restaurada en varias ocasiones y algunos puristas consideran que es demasiado perfecta y artificial. Pero nada como San Martín para estudiar la simbología cristiana y el bestiario de la Edad Media.
A través de los capiteles y los canecillos podemos adentrarnos en la doctrina cristiana transmitida a través de un código especial. Así Sansón y el león representan la fuerza de la voluntad para no caer en el pecado; la contorsionista se refiere a los pecadores condenados en el infierno; el león andrófago nos recuerda a las almas del purgatorio y el burro flautista de la fábula, nos habla de la soberbia...
Hemos ido a Frómista por enésima vez, al principio lo hacíamos de paso, luego para conocer la iglesia, en otras ocasiones haciendo el Camino de Santiago... Pero esta vez queríamos dormir en el pueblo y disfrutar del monumento para estudiar la luz a diferentes horas del día, al amanecer y al atardecer. Además, tuvimos la suerte de que esa noche cayera una tormenta y pudimos ver la iglesia con esa luz especial que aparece cuando llueve.
En este enlace podéis ver el montaje realizado con las fotos. En esta otra entrada se puede disfrutar del Monasterio de Silos que visitamos el verano pasado.
Para saber más sobre el tema os recomendamos la web de García Omedes, Arquivoltas; el libro de Jaime Cobreros titulado Guía del románico en España, de 2012 y los trabajos de Carlos Arroyo Puertas.
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