Durante este curso escolar había dejado las clases en el Centro Cultural y aunque me proponía pintar en casa, la verdad es que no sacaba tiempo para hacerlo. En enero descubrí un curso de sólo diez sesiones en el Ateneo 1º de Mayo y me pareció interesante. Lo impartía Jesús Placencia, arquitecto y pintor.
He descubierto cómo pintar con el caballete y cómo llevar la paleta en la mano, con los colores, los pinceles y el aguarrás. Pero, sobre todo, he confirmado que el profesor de pintura debe ser un profesor. Es decir, debe dirigir la clase, hacer propuestas, dinamizar y orientar a los alumnos y no vale que cada cual haga lo que quiera. En este caso la propuesta era dibujar del natural diferentes bodegones, pero graduando la dificultad, primero con el negro, luego con los colores primarios, etc.
Por otro lado, hay que destacar la idea de hacer un descanso en la mitad de la sesión que nos servía para exponer el trabajo que estábamos realizando a los compañeros. Además, era el momento en que el profesor nos presentaba a algún pintor de renombre que trataba el tema que estábamos trabajando (Goya, Pierre Bonnard, Munch, Manet, etc.)
Aquí podéis ver el resultado del trimestre.
Anteriormente habías mostrado Mis pinturas, 2022 y también Mis pinturas, 2023.
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