jueves, 23 de abril de 2015

23 DE ABRIL


Supongo que siempre he sentido el 23 de abril como una fecha tan especial porque sé que gran parte de lo que soy se lo debo a los libros. Los libros. Esa forma de diálogo que no entiende de las limitaciones de la física. Esa conexión con alguien a quien nunca has visto pero al que te sientes irremediablemente unido, sea personaje o autor, esté vivo o fuera de otra época, sea de tu tierra o esté traducido. Y la palabra. La palabra como eterna conectora entre dos cabezas pensantes. La palabra como punto de encuentro entre dos subjetividades. La palabra como un breve espacio de levedad en el que dos almas pueden coincidir trascendiendo las limitaciones del espacio y el tiempo.

Texto de Inés Abalo enviado por guasá.

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