Ayer se cumplían 75 años desde el inicio de la guerra civil española. Para recordar el tema, el suplemento Domingo del diario El País (17-07-2011) ha publicado una serie de artículos analizando la cuestión desde diferentes puntos de vista, que se ofrecen a continuación.
(La fotografía muestra a dos soldados de bandos contrarios que se reúnen y abrazan).
Escúchame, así viví el 18 de julio.
La Guerra Civil no comenzó para todos el mismo día. El golpe se ejecutó entre el 17 y el 21 de julio de 1936. Testigos de aquel momento narran para EL PAÍS cómo les llegó la noticia y lo que hicieron. dos excombatientes de los bandos enfrentados sellan su encuentro con un abrazo. LUIS GÓMEZ
Qué sabía y qué hizo la República el 18 de julio |
Pese a disponer de información policial sobre los preparativos golpistas, el Gobierno no supo qué camino tomar tras la sublevación. Cuando los partidos cayeron en la cuenta de que era necesario un Gabinete de unidad, los rebeldes controlaban ya más de la mitad del territorio. SANTOS JULIÁ
|
Franco, conspiración y asesinato |
Con la muerte del general Balmes, víctima de un supuesto accidente, se inició la ejecución del golpe de Estado de julio de 1936. A partir de ahí se produjeron la escalada de Franco a la cúpula del poder y la cadena de tópicos con la que se ha pretendido justificar sus actos. ÁNGEL VIÑAS
|
Solo en España hubo guerra civil |
El fascismo y el comunismo eran muy débiles en España antes del golpe de 1936. Alcanzaron verdadera influencia solo gracias a la rebelión militar y la lucha posterior. La sublevación de julio fue la única que causó una contienda fratricida en la convulsa Europa de los años 20 y 30. JULIÁN CASANOVA
|
¿Es posible cerrar las fosas de la memoria? |
Un enfrentamiento civil deja heridas incluso en cada familia. Sería preciso trascender las lecturas interesadas e intentar, al menos, un relato común de lo ocurrido. JOSÉ ANDRÉS ROJO
|
Niños frente al pelotón de ejecución |
La Guerra Civil segó la vida de cientos de menores. Sus historias permanecen en el olvido. Muchas veces, la falta de descendencia apaga la llama del recuerdo. M. COMES Y M. CENTENO
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario