domingo, 13 de enero de 2008

HISTORIA DE UNA GAMBA

En casa no solemos comer marisco, sólo lo hacemos en Navidad y Año Nuevo que es cuando nos juntamos toda la familia. La pasada Navidad, mi hijo de 9 años, veía las gambas y los langostinos y, además del olor característico, le llamaba la atención aquellos ojos saltones… Después de la cena desapareció con su hermana en la habitación y más tarde nos enseñó su dibujo:

La pobre gamba está nadando plácidamente cuando llega un barco de pescadores y la capturan. Luego la congelan y la preparan en el propio barco, y llega al puerto, donde el barco es esperado con alborozo. Después la “rulan” y la llevan al mercado, donde el pescadero la vende a una señora. Finalmente es devorada por un papá hambriento a pesar de un último intento de la gamba por escapar.

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Luis Abalo (9 años)

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