Manuel Vicent refleja en este artículo esa sensación que hemos tenido muchas veces al sentirnos impotentes ante las trampas que nos tiende nuestro ordenador o nuestro móvil. Se titula "Analfabetos" y dice así:
"Cuando de chaval regresaba de vacaciones al pueblo, en el
bar siempre había algún viejo labrador que requería mi ayuda para que le
explicara lo que estaba leyendo a duras penas en el periódico y no acababa de
entender. Quería saber el significado de algunas palabras, le molestaba que
hubiera tantos puntos y comas. Cuando en medio de una trabajosa lectura se
embarrancaba acudía en su rescate, y solo por eso creía que era yo un
superhombre. Durante las prácticas de milicias en el cuartel, una de mis
obligaciones consistía en enseñar a leer y escribir a algunos soldados llegados
de la España profunda. Era una labor ardua, pero muy agradecida, sobre todo si
al redactar las cartas a su novia ponía por mi cuenta las mejores palabras de
amor.
Después de tantos años, frente a la cultura digital me
reconozco ahora en el viejo campesino iletrado o en el soldado del cuartel que
al final del servicio militar sudaba y jadeaba a la hora de escribir una frase
correcta. A menudo, hoy me toca a mí pedirle a un niño de 12 años que me
resuelva el problema si el ordenador se atranca como un pollino de arriero y no
obedece aunque lo aporree como se hacía con la radio. Entre las yemas de los
dedos y las tripas del móvil, de la tableta y del ordenador se extiende un
espacio galáctico en cuya maraña la gente de cierta edad ya no se reconoce.
Aparece publicado en El País de hoy (9-12-2018). Para ver otros artículos del Manuel Vicent que hemos reflejado en este blog, sólo hay que escribir su nombre en el buscador.
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