Tiene una mirada inquietante y enseña los dientes en
actitud gruñona. Sus orejas, a modo de mariposas no deben engañarnos de las
verdaderas intenciones de este ser ya que sus garras y el rabo indican su
verdadera naturaleza. Por otro lado, parece que le falta algo y si uno se para
a pensar descubrirá que no tiene patas delanteras. Parece viscoso, pegajoso, y
da la sensación de que si lo tocases quedarías impregnado de su babas por
tiempo indefinido.... No cabe duda de que se trata de un batracio, posiblemente
un sapo o una rana. En el Apocalipsis (16,19) se dice: "...y vi que de la
boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta salían
tres espíritus inmundos como ranas" (se refiere a los batracios, en
general). Y ya sabemos que el sapo no puede "sufrir el calor del sol, la
abstinencia y se lanza al agua del pecado". Recordemos que los sapos y las
serpientes simbolizaban el pecado de la lujuria en la Edad Media.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDLjZTcZLHCCnJtYfcNXUpg2ikat_gUM-tzUd_RcrEkZtJA-OCrFWsfa-dX2-31gzJS5fVMfPTeUV3RnCFeyklzfjl6IACACR6BtSs7Zf_Qe96zPBYLjwLhZO65jq-ZLFaUqrH1iNzqTLi/s640/2020_05_21_PAJARRACO.gif)
¡Menudo cachivache! Podría parecer un EXIN-castillos si
nos atenemos a su cuerpo, un castillo con sus almenas, sus torres laterales y
su tejado de pizarra acabado en punta... Pero pronto vemos que de él emerge la
bestia, un ser fantástico con brazos humanos y piernas de simio y una cabeza de
ave, posiblemente un ibis. Además su actitud transmite violencia, odio, ira,
los brazos sujetan una maza a punto de descargar un golpe contra alguien o algo
y la cabeza muestra unos ojos inquietantes, una boca abierta y un pico
penetrante que sólo inspiran ganas de salir corriendo... El ibis fue en Egipto
un ave benefactora por comer serpientes y defender a los agricultores de esa
plaga de reptiles, pero en la Edad Media se convirtió en un ave impura por
comer carroña, "es el símbolo del pecador que se alimenta de las carroñas
terrenales de la concupiscencia" según el Deuteronomio (14, 16). El Bosco
lo representa en El Jardín de las Delicias, como símbolo del mal y cubriendo la
cabeza de la mujeres que aparecen bañándose en la tabla central. En las
"Tentaciones de San Antonio Abad" aparece este monstruo y podría
representar uno de los pecados capitales, la ira.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi40Z7O8mqMxccgTMZPFqwpoTSOzq9NSchEeZSrYhyDLjsEfB7-jFJgF8NdN0nG7EpMmc-XI5dgrcKD3dsyr4OAIq8cwtnMTYr4joZL_mWeMCHHRXr6mqoKfnZ8TumDvaH398R-DcE6jzgY/s640/2020_05_23_GARRA.gif)
Ya no hace falta recurrir al bestiario general, ni a los
animales fantásticos, aquí encontramos al verdadero enemigo del hombre, él
mismo. El hombre es un lobo para el hombre, decía el filósofo, y realmente vemos
a un ser terrible que emerge de las aguas para sorprendernos, muestra una
actitud desafiante con una expresión de ojos y boca de suma violencia y con un
garfio que pretende asestarnos el golpe final. Y es que el Maligno adopta
diferentes formas para alejarnos del buen camino y hacernos pecar (avaricia,
envidia, ira, gula, lujuria, pereza. soberbia)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwKf7IA5RG5a6SRzBoc47HSTfyYl6qklTLdkn9waol5b2x6LvNPmkjIVbC6_avXHQJeQ52sWDkJyZT6fGnMTpqiSf_c-slpngGEzsafuTyzFR9ynaKvtE9nyFQ7r_RdjYm9M663b0rWSGv/s400/2004_PICASSO.gif)
Todo son imágenes que han podido brotar estos días en nuestro
cerebro durante el encierro social y personal... Pero si la vertiente religiosa
no nos convence, quizá haya otra iconografía también potente, como esa mujer
que sostiene en brazos a su hijo (¿muerto?) mientras clama al cielo exigiendo
justicia. Quizá pida comida, quizá pida que se le abone el ERTE o que no la
desahucien. Su desesperación es total, su cara desfigurada por el dolor, la
violencia de su boca, el niño desvencijado en brazos y esa mano callosa, de
mujer trabajadora, lo atestiguan.
O esta otra, envuelta en la oscuridad, que levanta los
brazos al cielo con una cara desencajada y que se desgañita por ver la claridad al
final del túnel, en este caso un ventanuco que le trae la luz del día a esa
celda diaria en la que vivimos.
Pero quizá al final de todo nos espere este prado verde,
oreado por los topos, esos árboles que empiezan a florecer en primavera y esas
montañas a lo lejos que nos ponen nuevos retos y nos exigen volar más alto, más
lejos, más rápido...
(Dibujos y texto realizados por Valentín Abalo durante el
confinamiento del coronavirus. Los tres primeros dibujos elaborados a partir de
El Bosco; el cuarto y el quinto, a partir de Picasso, y el último, realizado a
partir de Quentin Blake. En cuanto a las lecturas: "Bestiario románico en
España", de Jesús Herrero Marcos; estudios sobre el Guernica, y la obra de
Roald Dahl y Quentin Blake)