El autobús nos deja en el aparcamiento de Majavilán (1390 m de altitud), allí nos colocamos la gorra y la mochila y empezamos la senda. Es una zona muy agradable, con pino silvestre y muchas aves que nos amenizan con sus cantos. Los pinos son aquí enormes, altos y simétricos y destacan por su color asalmonado en la parte superior del tronco.
La senda de la calzada romana se inicia en el Puente del Descalzo donde nos hacemos alguna foto y continuamos por una suave pendiente hasta la pradera de los Corralitos.
Luego cruzamos la pradera y la calzada empieza a hacerse más estrecha y pendiente (aquí es donde alguno resbaló y casi se deja la rodilla). El segundo puente romano se llama de Enmedio (1600 m) y es donde curamos al herido (este puente cruza el arroyo de la Fuenfría y en su bóveda interna se forman enormes estalactitas de hielo durante el invierno).
La calzada continúa por una fuerte pendiente y por fin coronamos el Puerto de la Fuenfría (1793 m), donde comemos. Aquí está el monumento a la Calzada Romana y al Camino de Santiago. Nosotros hacemos algunos juegos y vemos varios cuervos. (Ahora los pinos son más bajos, retorcidos y asimétricos, por la acción del viento).
A partir de este momento la senda va llaneando por la Carretera de la República y pronto llegamos al Mirador de la Reina que nos ofrece vistas espectaculares del Valle de la Fuenfría (la Peñota, la peña del Águila y el collado de Marichiva).
Bebemos en la fuente de Antón Ruíz y continuamos observando rocas de granito y piedras caballeras a lo largo del camino (en una curva vemos el mirador de la Reina que hemos dejado atrás).
Después llegamos a la pradera de Navarrulaque, donde juegan los niños y niñas de algún colegio. Nosotros vemos el monumento a los montañeros, el reloj de sol de Cela (con serpiente incluida)...
... y luego llegamos a los miradores, el primero con una valla protectora de hierro y el segundo, de piedra, donde leemos poemas y descubrimos el libro secreto de Ruth.
Ya solo nos falta descender y lo hacemos por la Vereda de los Encuentros, una senda que atraviesa el bosque de pinos (otra vez altos y simétricos) con una fuerte pendiente y mucho zigzag, donde algunos baten el record de “culetadas” (cinco hasta la fecha).
Al final cruzamos el arroyo de las Ventas y bebemos en la fuente del Tercer Retén. Luego merendamos y esperamos a los rezagados. Más tarde, ya todos juntos, caminamos hasta el autobús y regresamos a casa.
Dejamos los juegos para la próxima excursión porque se nos ha hecho tarde y nos esperan a las seis en el colegio…
(En este enlace explicamos el método de trabajo y la valoración de profesores y alumnos y en estos otros podemos ver el cuaderno de campo de Jazmani con el trabajo sobre equipación, el desnivel de la ruta y las poesías).
CAMINANDO ENTRE NAVARRULAQUE Y LOS MIRADORES |