Tenía ganas de contemplar con tranquilidad el románico de Sepúlveda, la iglesia de El Salvador y la Virgen de la Peña.
La primera destaca por sus proporciones armoniosas y porque se conserva sin edificaciones añadidas. Su galería porticada nos recuerda a las de San Esteban de Gormaz. Importante también su ábside y su torre exenta.
En la Virgen de la Peña merece mención la portada con un Pantocrátor muy original y primitivo, que se puede comparar con el de Santo Domingo de Soria.
Recorrimos la ciudad con varios amigos del colegio, y Javi y Esther actuaron de anfitriones. Paseamos por las Hoces del río Duratón, visitamos las iglesias comentadas y nos dimos un homenaje gastronómico en el Hotel Rural Puente del Duratón. Una experiencia para repetir.
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