Hace un año mi madre se vino
a vivir con nosotros desde Asturias. Se había roto la cadera y ya no podía vivir
sola en la aldea a sus 91 años. La
empadronamos e hicimos todos los papeles para acogernos a la Ley de Dependencia
y los entregamos en el registro civil de Carabanchel en el mes de noviembre.
Nos dijeron que la cosa iba lenta y nos pusimos a esperar.
Pasaban los meses y mi madre
se iba deteriorando, necesitaba de una señora que la cuidara por la mañana y nosotros,
mi mujer y yo, la atendíamos por las tardes, al salir del trabajo. Más
adelante, empezó a pasar malas noches, se levantaba, se caía y no podíamos dormir (ni nosotros ni nuestros hijos)...
Después de darle muchas
vueltas al tema y de comentarlo con ella, decidimos buscar una residencia para
mayores. Costaba mucho, casi dos mil euros al mes, pero iba a estar bien
atendida: buena alimentación, buena higiene, buenos cuidados y con médico y
enfermero de manera continuada. Ingresó en el mes de febrero.
Desde entonces, mi mujer y
yo la visitábamos todos los miércoles y los domingos venía a comer a casa, veía
a sus nietos y jugaba a las cartas con la otra abuela.
En marzo, después de cuatro
meses, preguntamos en las oficinas de Dependencia (calle Agustín de Foxá, de
Madrid) cómo iba el expediente y nos sorprendimos al saber que aún no habían
recibido nada del registro civil de Carabanchel (donde habíamos entregado la
documentación en noviembre). Seguimos esperando... Volvimos en junio y nos
dijeron que acababan de recibir los papeles, pero que no les funcionaba el
ordenador. Por fin, en el verano nos avisaron de que iban a realizar la
evaluación de mi madre; lo harían al día siguiente, un viernes de julio (después
de nueve meses, Dependencia nos avisaba de un día para otro y en pleno verano)
En agosto seguimos
esperando. En septiembre seguimos esperando. Y en octubre mi madre muere de
infarto al corazón. Ella sabía que sólo teníamos ahorros para seguir pagando
los dos mil euros hasta noviembre. No sé si sería eso o que mi madre se
cansó de esperar... Pero ya no hace falta que los Servicios de Dependencia se
tomen más molestias. DEP.
Postdata: Estas líneas
fueron escritas hace dos meses. Hoy las saco a colación porque acabo de recibir
una carta de la Comunidad de Madrid
donde reconocen a mi madre el grado dos de dependencia y se comprometen a
buscarle una residencia para mayores (sic)
Valentín
Abalo Garea
1 comentario:
Esta carta ha tenido muchos comentarios entre mis amigos y os lo agradezco. También quiero recordar un libro y una película que tiene mucho que ver con el tema, me refiero a Arrugas, de Paco Roca (escribid Arrugas en el buscador del blog para llegar a él.
Publicar un comentario