El año 2015 nos deja un reguero de palabras muy difundidas en los medios de comunicación. Casi ninguna ha nacido ahora, pero quizás las hemos usado más que nunca. Ahí va una lista arbitraria de 10 términos para su debate y discusión general. No caben más...
caloret. La alcaldesa Rita Barberá abrió los actos de las fallas animando a sentir el “caloret” festivo. Quiso hablar en valenciano, pero lo mezcló con el castellano y acabó diciendo palabras incorrectas en las dos lenguas (“el caloret” es “la caloreta” o “el calorcillo”). Se incendiaron las fallas y las redes.
casta. Antes se llamaba “clase política”; la que ha venido dando cobijo a los partidos “clásicos” que tocaban poder (PSOE, PP, CiU…) y que han desarrollado vicios comunes. Pero corremos un cierto peligro de que todo se divida entre la casta y los descastados.
decapitación. La brutalidad del mal llamado Estado Islámico trajo esta palabra estremecedora desde las profundidades de la más desdichada historia humana.
empoderamiento, empoderar. Su uso actual procede del inglésempowerment, pero el verbo tiene antigua tradición en español. Covarrubias lo anotó en 1611 como “dar en poder” o “entregar”. Se dice mucho ahora para señalar el acceso de los desfavorecidos al poder, vía nuevas organizaciones y partidos; y la Academia lo ha acuñado así.desconexión. Los independentistas hablan de la “desconexión” de Cataluña. Esa metáfora invita a pensar en un acto sencillo y mecánico, como si se aplicara a un frigorífico. Ahora bien, los frigoríficos se pueden conectar de nuevo.
emergentes. Ciudadanos y Podemos. Ambos crecen. IU y UPyD decrecen; y sin embargo no se les ha llamado “sumergentes”.
esteladas. Catalanismo adecuado que se aplica a las banderas independentistas porque llevan una estrella. En castellano, la bandera para ser “estrellada” debería tener forma de estrella. También se llama “estrellada” a la yegua con una estrella en la frente. Nada que ver con la ideología del jinete.
independencia. El 47,7% de los votantes catalanes apoyó a partidos cuyos programas incluían la independencia. Un montonazo. Pero eso no es ni “la sociedad catalana”, ni “la mitad de Cataluña”, sino “casi la mitad de los votantes” (hubo un 22% de abstención).
refugiados. Aylan, el niño que reposa para siempre en una playa de nuestra memoria, sacudió los corazones más insensibles. Sin embargo, esta palabra que despierta tanta solidaridad se asocia también con la indiferencia y con la persecución.
zasca. Onomatopeya que no figura en el Diccionario. (Sería imposible incluirlas todas: surgen por doquier y se renuevan mucho). Úsase para significar la colleja metafórica que recibe alguien por un desatino. Nadie se libra ya de sufrir algún zasca. Pero sean benévolos, que estamos en Navidad.
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