Santa María del Naranco es la
única obra civil de arte asturiano que se conserva en la actualidad. Fue
construido en 848 como un palacio para recreo del monarca y en su entorno se
construyó la iglesia de San Miguel de Lillo. Posteriormente, en el siglo XII, parte
del edificio de San Miguel se destruyó y el palacio se convirtió en iglesia.
Exteriormente destaca la verticalidad del edificio, en parte debido a las reducidas dimensiones y también a los contrafuertes exteriores. El
edificio se apoya en un zócalo para nivelar el terreno. En la planta baja se
observan arcos de medio punto decorados con simples canaladuras (al igual que
los contrafuertes) y en el primer piso, en los laterales, aparece la parte más
ricamente decorada, con arcos de medio punto peraltados y columnas. En los
otros lados aparecen escaleras para acceder al piso (una de ellas está
destruida) y, en la parte superior, de nuevo en los laterales, hay ventanas
tríforas (con tres vanos) también decoradas. El edificio se cubre con un tejado a dos aguas.
La planta es rectangular, consta
de una gran sala rematada a ambos lados por miradores o tribunas abiertas.
Tienes dos pisos y al superior se accede por unas escaleras exteriores situadas
en el lado mayor del rectángulo. La planta es simétrica (en realidad tiene dos
ejes de simetría, de norte a sur y de este a oeste).
El piso superior es la parte
noble. Tiene gran altura (el doble que el piso inferior) y se cubre con bóveda de cañón de toba (piedra porosa). La bóveda se apoya en arcos fajones que
descansan en ménsulas y arcos ciegos y éstos en columnas adosadas al muro. Las
columnas tienen capiteles troncopiramidales y el fuste decoración de soga. Las
enjutas (el espacio que queda entre el arco y el dintel) tienen discos con un
medallón central (clípeos) que aparecen decorados con figuras en su interior
(cuadrúpedos, aves, racimos y tallos de vid, y animales fantásticos) heredadas
de la época visigótica y, a su vez, de Bizancio. Sobre los medallones aparecen
unos recuadros envueltos en un cordón sogueado con cuatro figuras colocadas
simétricamente, las dos superiores son hombres que llevan cargas sobre sus
cabezas y las dos inferiores son soldados a caballo que llevan espadas. Estas
figuras parecen representar al mundo religioso (oferentes) y al mundo real
(soldados). (Véase la recreación realizada por Jaime Cobreros a partir de pinturas murales de la Sala Principal).
Las tribunas laterales se abren
al exterior a través de tres arcos de medio punto decorados con gran riqueza.
Las columnas adosadas al muro tienen el fuste sogueado y el capitel, con forma
trapezoidal y triangular, representa animales y figuras humanas (motivos que
también se repetían en los medallones). Las columnas exteriores tienen el fuste
sogueado y el capitel corintio. El arco es peraltado y está rematado con una
canaladura. En las enjutas aparecen de nuevo medallones y, sobre ellos, aparece
por vez primera una cruz griega con los signos del alfa y el omega, que será el
emblema de la monarquía asturiana. En la parte superior está la ventana trífora con columnas de fuste sogueado y capiteles corintios y que da
acceso a una pequeña sala sin salida, cuya función se desconoce.
La parte inferior estaba
destinada al oratorio del palacio o cripta, con una bancada de piedra alrededor
del muro y bóveda de cañón de toba reforzada con arcos fajones. En uno de los
laterales aparece una especie de aljibe.
Para saber más: "Arte en Asturias", folleto editado por el Gobierno del Principado de Asturias, en 2002. "Guía del prerrománico", Jaime Cobreros, Anaya, 2005. "Historia del arte", varios autores, Vicens Vives Bachillerato, Barcelona, 2011. Web sobre el prerrománico asturiano. (También es interesante el enlace sobre El Conventín, publicado en esta misma web).
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