El pasado 2 de mayo visitamos el Parque Nacional de la Tablas de Daimiel, porque nos habían comentado que con las lluvias recientes había mucha agua y que era una época estupenda para ver aves. Así que, aprovechando un día con nubes y claros y una temperatura agradable, salimos rumbo a Daimiel.
Las Tablas se sitúan en la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela. El primero es de aguas dulces y permanentes y el segundo, de aguas salinas y estacionales, por lo que aporta aguas al parque de manera irregular.
Toda la zona se fue canalizando y desecando a partir de los años 60 para dedicar el agua a los cultivos. La declaración de Parque Nacional sirvió de poco, porque en los años 70 y 80 se siguió buscando agua subterránea en el acuífero 23, la capa freática descendió y muchos manantiales y “ojos” desaparecieron… Desde hace unos años se lleva a cabo un plan de regeneración que parece que está dando resultados y ahora, en la primavera de 2013 (gracias también a las lluvias), podemos disfrutar de un paisaje espectacular.
Para visitar el parque es conveniente conocer antes el Centro de Visitantes, donde se adquiere un mapa de la zona y orientaciones sobre las sendas.
Las sendas más importantes son tres, una que nos acerca a la Isla del Pan, con varios observatorios de aves y pasarelas sobre el agua; la segunda, más corta, que nos lleva a un tranquilo observatorio, y, la tercera, que nos conduce hasta la Torre de Prado Ancho, una torre elevada que ofrece una amplia panorámica sobre el parque.
La vegetación depende de la estacionalidad y profundidad del agua, de la salinidad, del tipo de suelo, etc. Lo más abundante es el carrizo, la enea y el taray (que es el único árbol existente en el interior del parque). Entre las plantas subacuáticas debemos mencionar la ova, que alfombra el fondo de la aguas.
Dentro de la fauna, destacan las aves acuáticas, que utilizan el parque para invernar (como el pato cuchara, la cerceta común o la garza real) o bien como lugar de nidificación y cría (el pato colorado, la garza real, la garcilla cangrejera, la garceta común, el somormujo, el zampullín, etc.). También hay aves que lo utilizan como lugar de descanso en sus viajes migratorios (como algunas limícolas). Otras especies son sedentarias, como el aguilucho lagunero.
Entre los anfibios sobresale la rana común, la rana de San Antonio y el sapillo pintojo. Dentro de los mamíferos, la nutria, el tejón, el jabalí y el conejo.
Parece ser que la zona fue repoblada en la Edad Media (después de la batalla de las Navas de Tolosa (1212) de cristianos contra musulmanes.
Entonces empezaron a desarrollarse molinos harineros en la cuenca del Guadiana que molían el cereal que constituía el alimento básico de la población. De esa época debe ser el molino de Molemocho, que también se puede visitar.
Para terminar el día, una visita al pueblo de Daimiel, para tomar un refresco en la plaza mayor y conocer el olivo milenario. También para hacer una lista de los animales vistos: Pato colorado, ánade real, focha común, somormujo lavanco y avión común; garza imperial, garceta común, garcilla cangrejera y cigüeña, y aguilucho lagunero. También hemos oído a las ranas y hemos visto el rastro que el jabalí deja en el carrizo cuando se acuesta.
2 comentarios:
¡Qué fotografías más bonitas!
Menudas fotos! Qué pena haber estado de exámenes!
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