Un artículo sobre los deberes escolares (publicado en "El País",17 de enero de 2013) hace referencia a unos datos de Demoscopia sobre los hábitos de estudio de los niños españoles:”El 80 % de los estudiantes de Primaria reciben ayuda y el 45 % de los de Secundaria” y entre otras cosas se dice que “los padres se implican más que nunca en las tareas escolares, no siempre de forma adecuada” y que “ayudarle a hacer los deberes no es ayudarle”…
Miro la
situación de mi colegio y no puedo estar de acuerdo con esas afirmaciones...
Muy pocos padres hacen un seguimiento de la tarea educativa de sus hijos, le
acompañan en sus estudios, revisan su agenda escolar y sus cuadernos, le
orientan en cómo organizar el tiempo para trabajar cada día y no sólo la
víspera del examen, etc. Bien es cierto que ha aumentado el número de padres
que cada tarde ayudan a sus hijos a hacer los deberes escolares del día
siguiente, pero esa no es la cuestión para muchos centros educativos.
En nuestro
colegio hay una gran necesidad de que los padres acompañen a sus hijos por las
tardes, que estén en casa y los niños se vean arropados y queridos. La realidad
es que muchos niños comen solos en casa y que luego, cuando vuelven a las 4 o a
las 5 de la tarde, siguen estando solos porque sus papás no están y llegan más
tarde. En ocasiones, estos padres no acuden a las reuniones generales que el
colegio organiza para explicar el programa de estudios de los niños; ni tan
siquiera cuando el tutor los cita expresamente porque hay un problema concreto
con su hijo.
En muchos
colegios, estamos asistiendo a una
despreocupación cada vez mayor de los padres hacia sus hijos… Y cada vez es
más necesaria la presencia de equipos multiprofesionales (con educadores,
psicólogos y trabajadores sociales) que ayuden a los profesores de los centros para
relacionarse con estas familias. Bien es cierto que esta realidad se centra sobre
todo en los colegios públicos, con un alto porcentaje de alumnos inmigrantes y
en las grandes ciudades.
Es
necesario que los padres ayuden a sus hijos en la tarea escolar, es necesario
que acudan a las reuniones del centro y a las entrevistas con los
profesores-tutores. Y, en un plano más general, sería conveniente la
participación en las actividades generales del centro (cursos de formación,
charlas, etc.) y en las asociaciones de padres y madres y en los órganos de
gestión del colegio.
Una vez
logrado el primer objetivo, que es esa ayuda al trabajo diario del niño, podemos hablar del tipo de apoyo que se
debe prestar a nuestros hijos. Por supuesto que los padres no deben hacer
los deberes que el profesor le pide al niño. Ni tan siquiera deben estar encima
del niño controlando el tiempo de estudio… Pero sí deben acompañarlo,
estimularlo y valorar el trabajo que realiza. A veces, incluso deben ayudarlo
en cosas concretas (memorizar las tablas de multiplicar, recordar las capitales
de Europa, “tomarle la lección”) para que el niño vaya adquiriendo autonomía a
medida que pasan los cursos.
Se habla
también del nivel sociocultural de las familias y de su repercusión en el
rendimiento académico del alumno. El informe PISA de 2009 ya lo señalaba y
parece que es una realidad indiscutible. Pero lo que no se puede deducir de esa
premisa es que se deben suprimir los deberes escolares, como se apunta en el
artículo (se dice que Francia inicia un reforma en ese sentido, que algunas
comunidades de España empiezan a ensayar programas similares, etc.)
Aquí, en
España, ya se realizó una reforma cuestionando los deberes escolares (cuando
llegaron los socialistas al gobierno, en 1982). Se decía que se prohibía mandar
deberes para casa, cuando lo que se estaba planteando era una revisión de los
deberes escolares que aún hoy es oportuno discutir.
Desde
nuestro punto de vista, los deberes
escolares deben servir para reforzar y ayudar en la labor escolar, no deben
ser repetitivos ni mecánicos y sería conveniente que fuesen personalizados,
centrados en las necesidades de cada alumno. Lo ideal es estudiar y razonar
cuestiones y temas, memorizar (tablas de multiplicar, capitales de continentes,
etc.), leer libros infantiles y juveniles y huir de otras tareas mecánicas (copiar
páginas enteras de los libros, hacer 20 problemas iguales, realizar trabajos
que se limitan a copiar y pegar en el ordenador, etc.)
Dicho de otra
forma, corresponde a los profesores
plantear deberes escolares que sean significativos y estén bien planificados;
también es necesario que haya una buena coordinación, para evitar que el alumno
se encuentre un día con tarea de Lengua, de “Mates” y de “Cono” y otro día sin
tener nada que estudiar. Otra labor importante por parte de los profesores, es
la de corregir cada día la tarea que ha pedido para casa, para que el niño
interiorice esa rutina, comprenda que hay que hacer la tarea diariamente y,
sobre todo, vea los errores que ha cometido.
La función
que corresponde a los padres no es la de explicar los ejercicios y hacerlos con
sus hijos, sino más bien ayudar a organizar el espacio y el tiempo, ayudar a
crear un ambiente en casa para que el niño pueda estudiar y enseñarle a
organizar el tiempo libre para dosificar el trabajo y no concentrarlo en los
exámenes. En definitiva, los padres se deben centrar más en los valores y dejar
el campo de la instrucción para los profesores.
Un capítulo
aparte se merecen las actividades
extraescolares, que son las que hacen los niños y niñas por decisión de sus
papás: clases de idiomas, deporte, música, pintura, baile, refuerzo académico,
etc. Se trata de un campo donde los padres completan la formación de sus hijos
buscando una dimensión que no siempre se puede dar en el horario lectivo de los
colegios y que busca completar la formación integral de la persona. Aquí se
refleja también la visión de futuro que tienen las familias para sus hijos y en
los últimos tiempos asistimos a un exceso de actividades académicas y el olvido
de los aspectos más lúdicos, sobre todo para los alumnos de Infantil y Primaria
(hasta los 11 o 12 años).
El tema de
los refuerzos educativos de la tarde
también merece atención. Desde hace tiempo diversas asociaciones, parroquias y
ONG se encargaban de atender a los niños más desfavorecidos para evitar que
estuvieran toda la tarde en la calle y ayudarles a realizar la tarea escolar. Posteriormente
se incorporaron a esta labor las administraciones y ahora existen programas de
acompañamiento fuera del horario escolar (como PROA, para los institutos y los
últimos años de Primaria, o el refuerzo de 3º y 4º de Primaria).
Con la
crisis estos programas han sufrido recortes y empiezan a cuestionarse, incluso
hay Comunidades Autónomas que proponen utilizar a jubilados y a maestros recién
salidos de la facultad para realizar estas labores… Nosotros opinamos que estos
programas de acompañamiento son positivos y que los deben realizar personas
contratadas, personal con titulación académica, con ilusión y que se saca unos
euros al tiempo que va adquiriendo experiencia; sustituir a este personal por
gente que no cobre un salario (sólo se les daría puntos para mejorar su
currículum) nos parece injusto e inmoral y una manera de perpetuar a los
jóvenes en el paro.
Finalmente
añadir que la educación en general y los deberes escolares en particular, son
necesarios para que los niños y niñas más desfavorecidas se formen y salgan
preparados de la escuela. Las desigualdades
sociales se corrigen pidiendo precisamente más apoyos para esas familias
desfavorecidas y los colegios que las acogen, que suelen ser los colegios e
institutos de la enseñanza pública. Por todo ello, las administraciones deben
dedicar todos los recursos posibles a compensar estas diferencias en la
escuela, para que el día de mañana las diferencias sociales sean menores y
vivamos en una sociedad más igualitaria y más justa.
(La fotografía está tomada de EP y aparece en el mismo artículo citado. Para leer una serie de consejos sobre cómo estudiar en casa, pulsar aquí).
1 comentario:
Qué bien Valentín, gracias por tus consejos, pero a veces no es fácil. Yo no me meto a explicarle a David por ejemplo las matemáticas, el profe me dijo que no lo hiciera, ellos tienen sus propios métodos y podemos liar a los niños. Tampoco le corrijo mucho los deberes, depende de la asignatura, sí me aseguro que los haga. Las matemáticas sí se las corrijo y si falla se lo hago repetir, pero en lengua, cono... dejo que él exprese los ejercicios a su manera. Gracias!!!
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